26 de diciembre de 2013

(Crítica y otras reflexiones) El Hobbit: Un viaje inesperado y La Desolación de Smaug - Parte 2

Tras haber destapado lo más chocante de El Hobbit: La Desolación de Smaug, vuelvo con la siguiente y última parte de mi crítica, que trata sobre otras licencias que se ha tomado Peter Jackson para hacer EH, aunque no es mi intención quitarle mérito ni encanto a las mismas, ya digo.

Por cierto, hace unos días leí esta entrevista que hicieron a Richard Armitage (e.e), que encarna a Thorin Escudo de Roble en el film, y que intentaba explicar en general el por qué hay tanta discrepancia con el libro : "(P.Jackson) No tiene miedo de transgredir las reglas. Los buenos autores y los que cuentan cuentos cambian a su parecer, aunque esto no implica que se tenga que abandonar la verdadera esencia de la historia. Peter realmente entiende a los personajes, a todos los personajes. Tiene toda la historia de 'El Señor de los anillos' en su mente y es como una enciclopedia, puedes preguntarle cualquier cosa", son palabras del actor... pero en mi caso no me vale como respuesta, porque la gente que vamos a ver EH al cine queremos que sea el libro que hemos leído de pequeños (por cierto, Armitage se ve que es otro frikazo de Tolkien *.*) y que sea lo más calcado posible. Entiendo algunas cosas, pero otras son inadmisibles, por muchas vueltas que me pueda dar (y que seguro que me da) referentes a la historia.

Dejando a un margen ya eso, voy a comentaros algunos de los cambios más llamativos pero que, si no tienes el libro delante y recién leído (por "libro" me refiero tanto a EH como a los Apéndices de ESDLA) ni te das cuenta.


20 de diciembre de 2013

(Crítica y otras reflexiones) El Hobbit: La Desolación de Smaug - Parte 1


- Sé que ya hice una crítica a la primera parte de la trilogía de El Hobbit y que podéis leer aquí, sin embargo hablaré en términos generales de las dos películas que nos han llegado de momento y de la saga en general, al igual que del libro original, por motivos obvios, en un par de entradas - 

Ayer por la tarde, en compañía de mi querido Krower, acudí al cine para ver la segunda parte de la trilogía El Hobbit, con unas ganas que no son normales y es que esperar todo un año para ver la siguiente parte es una crueldad propia de torturadores. Sin embargo, tengo que contar la odisea del cine, porque es que acudimos precisamente el jueves por aprovechar unos descuentos, sí o sí, que teníamos en nuestro poder, pero nuestro gozo en un pozo, tanto que nos llegamos a cabrear los dos y Krower ha llegado a decirme, muy en serio, no volver a pisar un cine nunca más. Por si fuera poco, la película me dejó un sabor agridulce que nunca pensé que fuera a hacer e iréis viendo el por qué... vamos, que me decepcionó un tanto.