29 de abril de 2014

True Detective (Primera temporada)


No suelo ver muchas series, aunque una vez que me decido por alguna me engancho y tengo que terminar de verla. Muchas veces he visto alguna porque la han puesto pero otras tantas las elijo yo. En el caso de True Detective ha sido la segunda opción ¿y qué me llamó la atención de ella para decidirme a verla? Pues que parecía estar influenciada en la creación de Robert W. Chambers, El Signo Amarillo, una de las obras en las que Lovecraft encontró una profunda inspiración para crear, a su vez, sus Mitos. El signo obviamente estaría relacionado con El Rey Amarillo, del que no hablaré por aquí para evitar que saquéis conjeturas con la historia.

Intento hacer los menores SPOILERS posibles, limitándome a escribir sobre lo que me ha parecido la serie.



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Aquél que lucha contra monstruos debe tener cuidado de no convertirse él mismo en un monstruo. Y cuando miras durante mucho tiempo un abismo, el abismo también te mira a ti.
- Friedrich Nietzsche -

Así comienza True Detective, cuya trama se nos presenta narrada por dos detectives que trabajaron juntos durante varios años sobre uno de sus casos, a modo de flashbacks que van desde el año 1995 hasta el 2012, a través de los cuales se nos van presentando los distintos detalles de la historia.
Precisamente esta pareja de detectives, tan diferentes entre sí y ambos protagonistas absolutos de la serie, es lo mejor de la misma. Por un lado tenemos a Rustin Cohle "Rust" interpretado por un soberbio Matthew McCounaghey, solitario, con pintas de ir siempre colocado, ateo y nihilista que no parece encajar en las relaciones sociales normales entre compañeros de trabajo y familia y por otro a Marty Hart cuyo rostro es el de Woody Harrelson, que es la antítesis de Rust, pues es muy impulsivo y se deja llevar muy a menudo por sus emociones, el alcohol y alguna otra cosita, mostrando que no todo es lo increíblemente perfecto que aparenta ser.
A pesar de ser hombres tan diferentes se ven obligados a trabajar juntos para resolver un asesinato de lo más extraño, en pleno corazón de Luisiana; una chica que tiene pinta de haber sido muerta por cuestiones rituales, rayando el vudú y que luce una cornamenta de ciervo en su cabeza y una espiral dibujada en su espalda.


Pronto el mencionado  Rey Amarillo hará acto de presencia y junto con él Carcosa, una ciudad ruinosa y misteriosa creada por Ambrose Bierce en "Un habitante en Carcosa" en 1891 y citada varias veces en las obras de Chambers, en honor a Bierce.

¿Quién ha podido cometer semejante acto? ¿Qué se esconde detrás de ese nombre tan misterioso como es El Rey Amarillo?


Durante los ocho episodios que dura la serie, cada uno de unos 45 minutos, Rust y Marty viajarán por cada rincón de una decadente y rural Luisiana, de costumbres realmente arraigadas y conservadoras, llenas de pantanos y bosques apartados, con una atmósfera cargada de similitudes con las ciudades descritas por Lovecraft en sus obras, tales como Dunwich, Insmouth o Arkham y sus alrededores. Sumando esto al aspecto gótico que veremos en algunos momentos, lo macabro de la situación y lo propiamente pagano, es inevitable que se nos transmita esa sensación de opresión, de misterio y de terror ante un mal que busca propagarse, alimentándose así mismo y fuera de todo control. Esta sensación se irá incrementando conforme avance la serie.
Todo esto mezclado de una manera bastante buena con la propia vida de los personajes, que irá evolucionando y enredándose cada vez más porque por muy diferentes que sean Rust y Marty se creará un vínculo más profundo entre ellos que con cualquier otro personaje de la serie, formando un equipo sensacional. Cada uno de ellos será el equilibro del otro, cada uno será una de las pesas de la balanza, contrarrestándose la una a la otra aunque esto las lleve a desestabilizarse peligrosamente.

Rust sencillamente me ganó desde el primer minuto, por su fuerte personalidad y su carácter con los dos agentes que le interrogan, porque no puedo evitar compararle con el detective inglés más famoso del mundo, Sherlock Holmes, en cuanto a su percepción de las cosas y maneras de actuar y tratar a la gente, como con ciertas adicciones. Es un marginado al que le importan un carajo las relaciones sociales (aunque irónicamente es un experto a la hora de interrogar a los sospechosos, lo cual denota un alto grado de psicología), que sólo busca conseguir sus objetivos, teniendo que recurrir a veces a métodos poco ortodoxos por un lado o jugándosela realmente por otro. Los diálogos que mantiene con Marty son geniales, sobre todo cuando Rust suelta lo que piensa sin tapujos y Marty le lanza esas miradas que dicen claramente "A este tío se le va la olla mazo". 


Lo que más me entristece del fin de esta primera temporada es saber que las siguientes serán totalmente diferentes, con otros personajes, aunque por lo menos igualmente de autoconclusivas. ¿Conseguirán que sean tan buenas y enganchantes como ésta? Sólo el tiempo lo dirá.

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