16 de enero de 2015

[Crítica] Predator: Jungle Tales (1995)



Predator: Jungle Tales fue publicado por Dark Horse Comics en 1995 y se trata en realidad de una mini-recopilación de dos números previos llamados Predator: Rite of the Passage y Predator: The ride of Nghasa, ambos de 1992. Ambas dos historias tienen lugar en África y debe ser por eso que la compañía decidió agruparlas en un único número.



Empezaré por el primero, Predator: Rite of the Passage (El Rito de Pasage), donde el protagonista será un guerrero Masái: como sabréis, son una etnia africana que viven en Kenia y Tanzania manteniendo sus costumbres tradicionales. Un ritual que practican consiste en dejar al joven sólo abandonado en la sabana con lo puesto durante varios días (o semanas, no recuerdo) y él tiene que ser capaz de sobrevivir a los peligros que le rodean y ser capaz de abatir presas, sólo entonces podrá volver al poblado convertido en adulto. También he leído que el simple hecho de cazar un león les convierte en auténticos guerreros de cara al resto de la tribu... por lo que véis, se parece mucho al estilo de vida que se cree que pueden tener los Cazadores.

Así que no es de extrañar que la historia comience con un anciano guerrero Masái que ve "una estrella fugaz" que le hace recordar su juventud, en la cuál se topó precisamente con un Depredador... 

Por el contrario, en Predator: The Pride of Nghasa (El orgullo de Nghasa) corre el año 1936 y las obras de un ferrocarril se ven amenazadas por una serie de ataques nocturnos que están diezmando a los trabajadores. La noticia llega a oídos de un famoso cazador, dos guardabosques y un asistente de África se encaminen hacia el lugar pensando que se trata de algún león, aunque los nativos les advierten que se trata de "el demonio del bosque" que viene siempre sólo cuando "la estrella que caza" cruza el cielo.

Lo interesante es que el "héroe", a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los cómics, ni se plantea la posibilidad de eliminar al cazador intergaláctico, pues en su lugar prefiere huir para que sea la propia África la que acabe con él... ¿será eso posible?


Los dibujos son decentes (a color en ambos casos), las historias también, incluso la que es muda tiene otra forma de ser narrada porque sólo transmite las sensaciones a través de la figura del propio Masái, pues a pesar de estar acostumbrados a leer en la mayoría de los cómics una imagen a veces vale más que mil palabras y son más que suficientes para contarnos una historia, una manera sencilla y rápida de disfrutar de la misma ¿no os parece?

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